J.R.R. Tolkien opinaba que El Silmarillion era el fundamento para su mundo imaginado, pero a pesar de ser la obra primaria y central, no fue capaz de llevarla a su forma final, y le tocó a su hijo, Christopher, construir la última versión de un ‘Silmarillion’ a partir de los relatos dejados por su padre cuando éste falleció.
Porque, partiendo de un mito cerrado, con un comienzo y un final, el material narrativo había llegado a adquirir una extensión enorme, con importantes personajes que emergían de los Días Antiguos, entre los cuales Galadriel era la más importante. Por lo tanto, Tolkien tuvo que realizar una gran cantidad de “reescrituras” para que El Silmarillion guardase una correcta relación con El Señor de los Anillos.
Los escritos recogidos en La naturaleza de la Tierra Media muestran los caminos que Tolkien tomó en busca de una mejor comprensión —más precisa, completa y consistente— de su propia y singular creación. Estos escritos, de diferentes extensiones, abarcan diversos temas, tales como:
*El envejecimiento y la actuación del tiempo sobre los seres inmortales y mortales de la Tierra Media, y el sorprendente grado de precisión y habilidad matemática que Tolkien aplicó para conseguir unos esquemas rigurosos en este sentido;
*Asuntos fundacionales como la creación, la vida, el destino y el libre albedrío, el funcionamiento del cuerpo y el espíritu y la relación entre ambos, así como la naturaleza de la autoridad, el sentido de la vida y la muerte;
*Descripciones vívidas de las tierras, los animales y los pueblos de Nu´menor;
*Descripciones del aspecto físico de varios personajes de El Señor de los Anillos, entre ellas explicaciones de quién tenía barba y quién no.
Todos estos escritos revelan nuevos e insospechados detalles de la filosofía, imaginación y subcreación de Tolkien, que resultan sorprendentes, profundos e incluso divertidos.
Esta nueva colección, que ha sido editada por Carl F. Hostetter, uno de los principales expertos en Tolki