La presente obra nace de la experiencia y la investigación de un policía. Pese a su profundidad teórica, su vocación es manifiestamente práctica. Se presenta como manual de consulta cuyo principal objetivo es llevar a la reflexión. El reconocimiento y la justa valoración de las capacidades y la potencialidad del agente permiten no verlo como un autómata ni un simple ejecutor, sino como un decisor que debe disponer de espacio y condiciones suficientes para desarrollar plenamente su pensamiento crítico y para entender el papel que juegan sus propias emociones.
Los policías deben afrontar continuamente complejos dilemas morales asociados a sus actuaciones diarias que exponen, además, su seguridad física y jurídica, sin que para ello dispongan del tiempo suficiente para llevar a cabo una necesaria deliberación. La ética y la retórica policial son disciplinas muy valiosas en el auxilio de esta tarea, permitiendo, además, mejorar su eficacia y eficiencia. Este libro no pretende aportar soluciones para cada una de las situaciones que pueden acaecer, sino dotar al agente de suficientes herramientas para poder afrontarlas, mejorando su autonomía, su toma de decisiones y, por tanto, su capacidad de respuesta.
La ética policial no debe basarse en la imposición, la coerción, la amenaza o el castigo, puesto que recurrir a estas cuestiones, más propias de la norma o el Derecho, aleja y genera resistencias. Conviene buscar un cambio de paradigma, sin renunciar por ello a la necesaria revisión de algunos de los fundamentos clásicos de la deontología. Resulta mucho más motivador el reto de evolucionar, de buscar la mejor versión de uno mismo, de forjar un carácter a través de una serie de hábitos morales que permitan la excelencia personal y profesional, que conduzcan a la felicidad. Recuperar, por tanto, una ética teleológica con unos valores flexibles y, a la vez, adaptados a las necesidades actuales de los policías, independientemente del lugar del mundo donde ejerzan su labor