El Caos y la Noche, la Tiâmat babilónica, la Mirtyu hindú son míticos sinónimos del infinito, entendido como «causa entera del nacimiento y la destrucción del Todo». Asomarse a la historia de esta inquietante categoría es un modo de conocer los riesgos y contingencias, los avances y retrocesos del pensamiento filosófico y matemático y, por tanto, de la ardua búsqueda del hombre por explicarse a sí mismo y al mundo que lo rodea. Paolo Zellini, en su Breve historia del infinito, analiza las vicisitudes de esta categoría metafísica desde los orígenes del pensamiento griego hasta la actual «crisis de los fundamentos» del pensamiento científico. El autor nos muestra cómo los avances en el conocimiento matemático se entremezclan con los cambios en el modo de concebir la realidad cósmica y mental del infinito; por eso recorre con minucioso detalle desde el descubrimiento pitagórico de los números irracionales hasta el horror infiniti, que asola toda la Antigüedad, las temerarias teorizaciones medievales, las místicas teorías de Giordano Bruno y Nicolás de Cusa, las escandalosas y esenciales innovaciones de Descartes y Leibniz, los intentos de Bolzano, Cauchy, Weierstrass, Dedekind, Russell y Whitehead de representar, de modo explícito, el infinito mediante un diferencial, un número transfinito o un punto tangible sobre el plano complejo, lleno de paradojas y de antinomias que pondrían en crisis las certezas inducidas por el saber matemático.