Samir Amin es uno de los pensadores actuales que de un modo más insistente está centrando sus análisis en la cambiante naturaleza del capitalismo, las relaciones norte-sur y la cuestión del desarrollo. No es de extrañar, pues, que en este libro proporcione un poderoso análisis de esta nueva era del sistema, marcada por el colapso del modelo soviético, el triunfo del mercado y una globalización acelerada. Para empezar, el amplio alcance del texto abarca desde las regiones del sur de Europa hasta los países del antiguo bloque comunista, pasando por la totalidad de Europa occidental. Seguidamente, mezcla sus argumentos económicos acerca de la naturaleza de la crisis con argumentos políticos basados en su concepto de la historia humana no como algo determinado únicamente por realidades materiales, sino como el producto de las respuestas sociales a esas realidades. Y, en fin, su innovador análisis del auge de la etnicidad y el fundamentalismo como consecuencia del fracaso de las clases dominantes a la hora de enfrentarse a la globalización, así como su interpretación de ciertas instituciones -sobre todo el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial- como mecanismos protectores de la rentabilidad del capital, acaban de redondear un enfoque de la situación tan original como atrevido. A largo plazo, Amin no sólo rechaza la aceptación pasiva de la inevitabilidad de la globalización en su forma polarizada actual, sino también la asimilación simplista del desarrollo con la expansión del mercado, afirmando que cada sociedad debe negociar los términos de su interdependencia con el resto de la economía global para que los distintos desarrollos nacionales puedan contextualizarse por fin en un mundo realmente pluralista.