Este libro es la opera prima, la tesis de licenciatura leída por el autor en 1965. En ella el jovencísimo Michele Taruffo se enfrenta con un tema de gran calado: el papel de las máximas de experiencia en la práctica jurisdiccional. Concebidas hasta entonces, bajo la influencia de Stein, como normas generales de validez universal, aptas para operar, deductivamente, como premisa mayor del silogismo judicial en la fijación de los hechos en causa, pasarían a ser objeto de un enfoque que bien podría calificarse de revolucionario. Taruffo hará ver que el silogismo deductivo no es instrumento hábil para adquirir conocimiento empírico. Que a este solo puede accederse haciendo uso de una metodología inductiva, y no operando directamente con hechos, sino con proposiciones relativas a estos, a partir de hipótesis cuya capacidad explicativa se tratará de confirmar mediante la práctica de la prueba, en un juicio de probabilidad lógica. El resultado será un auténtico giro metodológico en el que el lugar de la vieja dogmática lo ocupará ahora un enfoque pluridisciplinar de fuerte impregnación filosófica, inspirado también en la lógica, la semiótica y la epistemología, y que es el mismo que informará ya siempre la obra excepcional del inolvidable, enorme procesalista y teórico del Derecho de Pavía.