Durante su preparación, dudamos si debiéramos comentar el texto siguiendo el estilo de la excelente edición en italiano, pero a la postre decidimos no hacerlo. El libro exige sucesivas lecturas para su comprensión, que a veces tuviera uno la impresión de ser insondable; una clarificación excesiva de su contenido pervertiría el Camino que el lector haya de trazarse. El frondoso bosque debe desbrozarse poco a poco y las notas explicativas pueden llegar a desorientar y hacer farragosa la lectura. Las claves para su comprensión están dadas en este prólogo; reléalo pausadamente. Le gustará saber que la simbología alquímica esta explicada con generosidad en los libros de C.G. Jung, Fred Gettings y Raimon Arola, autores que recomendamos vivamente. El respeto por este libro nos ha llevado a limitarnos a señalar algunas palabras o frases en cuya traducción se perdía insoslayablemente algún mensaje. Los nombres de los autores no los hemos españolizado: nos pareció inapropiado hablar de Basilio Valentín, Filaleteo o el Cosmopolita, siendo autores cuyas obras, a día de hoy, no están traducidas a nuestra lengua como es debido. La labor ha sido más dura de lo estimado inicialmente, y nuestra única motivación ha sido el facilitar la comprensión a quienes lleguen a este libro -los derechos están cedidos plenamente al Editor, cuyas motivaciones sabemos que son las mismas que las nuestras y su entusiasmo vivificante-, el número de los cuales esperamos aumente poco a poco, pues sería una buena señal de la evolución espiritual de nuestro mundo, que a veces diera la impresión de que sufre una involución. Si bien, el esfuerzo lo habríamos hecho igualmente por tan solo un buscador honesto que lo aprecie, que quizás sea Vd.