Scheler muestra que el sentir, los sentimientos y las leyes que rigen la vida emocional no tienen su origen primero en la psicología, sino en la ética, de tal manera que su conocimiento permite elaborar una teoría completa sobre la persona, una auténtica antropología. Esencia y formas de la simpatía(1923) es, junto con su Ética (1916), uno de los textos que mejor exponen su teoría de los sentimientos. Tres son las cuestiones principales que se abordan. En primer lugar, la empatía, es decir, aquellos procesos de congratulación y de compasión que están en el sustrato más antiguo de toda conducta simpatizante. En segundo lugar, el amor y el odio, entendidos positivamente como formas peculiares de comportarse ante los objetos que tienen valor. Por último, la percepción del yo ajeno, conocimiento al que se accede mediante la simpatía y el amor. En este sentido, el autor postula un realismo directo a la hora de conocer el yo propio y el ajeno, pues éste y sus vivencias pueden ser percibidos interiormente del mismo modo que lo es el yo propio.