En la Declaración de una Ética Mundial, de la que Hans Küng fue redactor, los representantes de las religiones del mundo expresaron en 1993 su coincidencia en unas líneas maestras comunes para la ética. Estos principios e instrucciones de la ética mundial no están 'por encima' ni 'más allá' de las religiones, sino que han de encontrarse en el corazón de toda religión mundial. Hasta qué punto es esto aplicable al cristianismo lo muestran en este libro Hans Küng y Angela Rinn-Maurer. Comentan la Declaración de una Ética Mundial desde una perspectiva cristiana, y sitúan, interpretan y profundizan los deseos expresados en la ética mundial, de acuerdo con la tradición bíblica y espiritual. La presente obra es una valerosa invitación a no buscar la identidad del cristianismo en una delimitación temerosa, sino todo lo contrario: a considerar que la ética común, que une a los seres humanos de todas las regiones y religiones, es una parte irrenunciable del mensaje de Jesús y de la espiritualidad cristiana.