Sin duda una de las más controvertidas y polémicas de la historia cultural europea, la figura de Friedrich Nietzche continúa siendo también una de las más misteriosas y oscuras. Y ello hasta el punto de que, por ejemplo, sólo hoy empieza a aceptarsemayoritariamente que el olvido y el desprecio de sus teorías que se produjo al final de la segunda guerra mundial no respondió tanto, como muchas veces se ha dicho, al hecho de que su pensamiento pudiera haber servido de base parta el desarrollo del fascismo, como al clima de optimismo conformista que invadió entonces la escena europea: nada más contraproducente para ese período de reconstrucción que el vitalista nihilismo nietzxcheano. La loable intención de Werner Ross en esta electrizante biografía, pues, ha sido poner las cosas en su sitio y apelar al lector crítico, independiente. Por ello, el Niezsche que acaba emergiendo de su libro es, sí, el angustiado aspirante a lo sublime que todos conocemos pero también el más influyente representante de esa descomunal crisis de la cultura burguesa occidental que estalló a finales del siglo pasado y continúa vigente aún hoy en día. Nietzsche, de este modo, deja de ser por fin el filósofo quizá peor interpretado de la historia, para convertirse en un pensador extraordinariamente moderno, un creador complejo y atormentado cuyas intuiciones aún se cuentan entre las más fructíferas del debate filosófico actual. El resultado es una biografía minuciosa, fruto de incontables años de investigación, cuyos objetivos principales parecen ser el equilibrio, la mesura y la brillantez de la narración. El turbulento universo nietzcheano, así, termina encauzándose en los límites de un apasionante relato biográfico y -situado en el contexto de la efervescencia cultural europea de la época- revelándose finalmente en su justa medida: la de una filosofía y una vida más allá de toda regla, más allá de cualquier sistema.