Grigori M. Litvínov, un hombre "positivo", esforzado y discreto, descansa en Baden-Baden, donde espera la llegada de su prometida. Hasta ella "se arrastran como cucarachas" todos los sectores de la sociedad rusa, donde se entretienen -por ejemplo- hipnotizando cangrejos. Litvínov se encuentra así, sin comprenderlo, en un bullicioso microcosmos del mundo al que se dispone a regresar y en el que de pronto aparece, con la misma fuerza que en el pasado, la princesa Irina Osinin, su frustrado amor de juventud, ahora casada conun general y aburrida de todo. A partir de este doble encuentro -con la pasión perdida y la Rusia abandonada- Turgéniev construyó Humo (1867), su penúltima novela, una intensa crónica de amor y decepción donde "la naturaleza no respeta la lógica", y un tremendo cuadro satírico que le valió la enemistad de sus compatriotas (especialmente la de Dostoievski), pero que no carece de una investigación convencida, aunque solitaria, al progreso y la civilización. «Psicólogo profundo y artista refinado, sabe componer en muy pocas páginas una obra absoluta, y construir personajes complejos en tan pocos trazos que no podemos comprender cómo tales efectos pueden lograrse con medios en apariencia tan simples.»