Advertencia: este libro es un viaje de ida. Quien esté en la búsqueda de un sistema filosófico completo, sofisticado y ambicioso, aquí se halla una de las catedrales del siglo XX, esperando su tiempo propicio que es precisamente el nuestro. Quien busque claves para la comprensión del pensamiento occidental en los últimos 50 años, aquí encontrará sus contraseñas: singularidad, devenir, acontecimiento. Quien no se conforma con lo que dice la filosofía de sí misma, sino que hurga en las ciencias que viven tantas revoluciones aún no comprendidas, podrá toparse con refinadas interpretaciones sobre la física, la biología, la psicología o las ciencias sociales, sin renunciar a cuestiones clásicas y olvidadas como la espiritualidad. Para todos, y quizás para nadie, Gilbert Simondon escribió esta gran obra bajo el signo de la noción de individuación. Esta es la segunda edición de un libro destinado a hacer historia, tanto más cuanto que su autor supo ser un perfecto desconocido en vida (nació en 1924 y murió en 1989) a pesar de que su influencia sobre muchos, en especial Gilles Deleuze, fue superlativa. Metaestabilidad, transducción, modulación, información: estas, como tantas otras palabras, cruzan las disciplinas, se burlan de los loteos académicos del saber y demuestran que una vez más, como hace tiempo no ocurría, el pensamiento, la acción, el afecto, son nuevamente posibles. Aquí hay nociones, no jerga incomprensible; hay un ritmo, una cadencia, no argumentaciones plomizas. Sí hay obsesiones, huecos, apuros y excentricidades. Lo que Simondon nos muestra es un camino a seguir.