La obra que el lector tiene en sus manos aborda la problemática cuestión de cómo se deben relacionar entre sí dos nociones jurídicas complejas: la peligrosidad criminal y la imputabilidad penal. Parece claro que ambos conceptos, pese a no ser precisamente novedosos, se encuentran hoy en un momento de particular tensión. Los avances de distintas disciplinas (jurídicas o no) han espoleado un desarrollo legislativo en el que peligrosidad e imputabilidad se entretejen de un modo no siempre pacífico. Nuestro ordenamiento jurídico cuenta con múltiples instituciones que aluden, de una u otra forma, a ellas. Parece necesario, entonces, intentar interpretar estos elementos de un modo en el que, dentro de las pautas propias de un Estado constitucional de Derecho, se salven todas las contradicciones posibles y se permita también llegar a resultados satisfactorios. A tal efecto, la investigación que conforma este trabajo se divide en tres partes bien diferenciadas, aunque relacionadas entre sí. Una primera parte se dedica al estudio de la peligrosidad criminal (su empleo actual, orígenes, métodos predictivos, posibilidades… y problemas). Una segunda parte se centra en el análisis de la imputabilidad penal, el modo en que esta se comprueba (o adscribe) y los numerosos retos a los que, en los últimos tiempos, se enfrenta. Por último, la parte final de la investigación aborda el papel que en todo este ámbito tienen las medidas de seguridad (la institución jurídica más directamente ligada con la peligrosidad criminal del autor de delitos) y cuál sería el que en verdad deberían tener.