En las últimas décadas del siglo XX, el arte latinoamericano ha experimentado una efervescencia intermitente en función de las circunstancias político-económicas y la atención que Europa y Norteamérica le han prestado. Los eventos de fotografía y las Bienales de Arte Contemporáneo han contribuido al conocimiento del colectivo de artistas que, bajo el epígrafe latioamericano, han dado a conocer una creación tan poco homogénea como el mosaico de países a los que pertenecen. Este libro se centra en la última década de la creación fotográfica latinoamericana desde 1991 a 2002. Un periodo en el que el debate sobre las identidades culturales ha sido especialmente activo. La fotografía no ha sido ajena a este proceso; de hecho ha sido en esta última década cuando se ha producido la definitiva integración de este medio en el panorama del arte. La multiplicidad de puntos de vista que ofrece la obra tiene como objetivo ofrecer una visión panorámica que muestre el amplísimo espectro creativo de la fotografía latinoamericana.