New Era evoca una época de oscuridad espiritual en la que el hombre se encuentra, como en una profecía, ante una plaga de horror y desesperanza. La serie que contiene, plena de recursos simbólicos, se sirve de una línea narrativa que sugiere el fin de la humanidad desde una aproximación apocalíptica, para después lanzarnos en elipsis hacia un epílogo futurista, o bien, en flash back hacia los orígenes, no hay forma de saberlo. Personajes que denotan maldad o sufrimiento, objetos místicos, situaciones enrarecidas y paisajes en cenizas, bajo un montaje que avanza sobre los conceptos de expiación, purificación y renacimiento, y desde un escenario en círculo en el que los opuestos –bien y mal, finito e infinito– fluyen en eterna lucha, destruyendo y renovando. Todo ello, ante un hipotético renacer del hombre, cuyo desenlace previo sugiere una metáfora evidente que apunta al malestar general de una sociedad espiritualmente endeble ante su propia maldad y sus propios miedos. / New Era evokes a time of spiritual darkness, in which mankind finds itself, as in a prophecy, facing a plague of horror and despair. Full of symbolic echoes, the series follows a narrative thread that suggests the coming of the apocalypse and the end of humanity, before veering towards a futuristic epilogue, or perhaps rather a flashback to the origins. There is no way of knowing. Figures that denote evil or suffering, mystical objects, strange situations, and landscapes burned to ashes, in a montage that progresses through the concepts of expiation, purification, and rebirth. A circular setting in which opposites, good and evil, the finite and the infinite, flow in eternal struggle, destroying and renewing. All this in the face of a potential rebirth of mankind, whose previous decline is an obvious metaphor for the general malaise of a society spiritually weakened by its own fears and wickedness.