Hasta el presente, parentesco y modernidad han aparecido como dos conceptos antitéticos. Uno ha servido para pensar la privacidad y la tradición, y el otro para pensar el cambio y la sociedad. ¿Qué sucede si ponemos en relación ambos conceptos? Analizando los elementos clave que han ido configurando el parentesco en la modernidad --desde la identidad de la persona hasta la naturaleza de las relaciones sociales--, el autor del libro argumenta que la marginalidad del parentesco en las concepciones modernas de la sociedad lo sitúa en una posición privilegiada para entender los cambios culturales contemporáneos que parecen alejarnos vertiginosamente de la modernidad. Se trata de hacer un ejercicio de perspectivas: el parentesco pone en perspectiva los símbolos de la modernidad --individuo y sociedad--, de la misma manera que la modernidad pone en perspectiva los símbolos del parentesco --naturaleza y cultura--.