Con incomparable entusiasmo presento a los lectores la 10.ª edición de Teoría, cuyas ediciones anteriores se agotaron, siempre con sorprendente rapidez. Diez ediciones de un libro crítico de Teoría del Derecho, en tan poco tiempo, es un fenómeno inaudito, especialmente en un mercado editorial dominado por obras comerciales o didácticas. Más raro aún ha sido que esta obra no sólo haya sido traducida al alemán y al inglés, siempre por editoriales de prestigio y presentadas por los más eminentes profesores, sino que también haya sido objeto de numerosas reseñas, citas y discusiones, tanto en Brasil como en el extranjero. No obstante, lo que más me alegra es la generosa acogida que ha tenido la diferente forma de teorizar que la presente obra, desde su concepción, humildemente intenta incorporar: en vez de rendirse al argumento de las autoridades, opta por la autoridad de los argumentos; en lugar de utilizar un lenguaje rebuscado y hermético, elige un lenguaje sencillo y directo; y en lugar de preferir un examen con un elevado grado de abstracción y sin indicar criterios objetivos, se decide por una investigación repleta de ejemplos, de principio a fin, siempre apuntando a criterios, intersubjetivamente controlables, para la aplicación efectiva de las reglas y los principios.